Monday, March 28, 2011

Oda a la Lluvia

El día envejece
Son las cuatro
Se parte el cielo en dos
Y de la fisura abismal
Nace la lluvia,
Elixir potente y mítico,
Desde ese vientre celestial
Empieza a caer lentamente
Sobre los techos de paja
Los corredores
Las avenidas
Y los rincones oscuros
Luego golpea vigorosamente
Sobre las ventanas
Los paraguas abiertos
Y los charcos lodosos
Sopla su viento contra las vitrinas
Las hamacas
Las compuertas cerradas
Y se contorsiona entre las ramas
Los carrillones de viento
Y las hojas que caen
Suenan sus latidos temblorosos
A través de los valles
Contra las paredes
Y la tierra firme
El eco de su voz lúcida
Se reparte por los hogares
Se deja ver su luz
Fuego apasionado
Iluminante
Nacido desde sus tinieblas
Ocultas
Y mientras los niños callejeros
Juegan jubilosamente
En la frescura de sus gotas
Se deja caer dentro de los vasos
Las ollas profundas
Los envases
Y las cisternas
Repone a los campos
Los acuíferos
Las cascadas
Los mares azules
Y a la inocencia
Y allí, durante lo ardiente de su tempestad
Después de haber asesinado a la sequía
Se rinde
La lluvia
Vino astral y fecundo
Nos regala su magnetismo con vida
Calma la sed pesante
Al  dejarse beber

© José V. Guerra Awe

No comments:

Post a Comment