Del subconsciente
Nace la idea
Llega a la mente
Solamente a encontrarse…
Enjaulada
Acorralada dentro del cráneo
Se le impide el movimiento
Y mientras el viento sopla la arena
Se le escucha susurrar
“La vida así no es digna.
Me siento… una sombra.
Una sobra de mi potencial”
Está atollada al pensamiento…
Miento... ¡A mí!
Le he robado la libertad
Dejándola inútil
Utilizo su energía para fundarla
Como creo yo que debe ser
Pero es indomable
Irrazonable como el amor…
Dios…
El universo…
O el suicidio.
Le ofrezco migajas
Pero las desprecia
Intento acariciarla
Pero prefiere la soledad
Prefiere una incierta eternidad
Una inercia imperecedera
Que someterse a mi voluntad
Pasa días…
Meses…
Años…
Como prisionera
Infeliz y desnutrida
Consumida e ignorada
Pero no se rinde
No se da
Y de nuevo,
Al coger mi mano un lapicero,
Sopla el viento
Y allí,
Mientras su corazón palpita
Por última vez
Allí…
Sobre una hoja de papel…
Se despide la idea
¡Muere!
Muere al nacer la poesía
Muere…
Al retoñar el equilibrio
© José V. Guerra Awe
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