Tirado en el piso
Brazos extendidos
Como las alas de un albatros
Que vuela sobre alta mar
Siento como si estuviera
Suspendido justo por encima
De la realidad
Oídos a la tierra
Siento mi latir seguir el ritmo
De los cañones en la
Obertura 1812 de Tchaikovski
El ventilador tiernamente
Acaricia mi espalda desnuda
Su brisa fluye a través
De los filamentos gruesos
De mi pelo negro
A dos metros,
Un pequeño batallón
De hormigas carpinteras
Marcha a lo largo de las
Ranuras de las baldosas
Cada cañonazo
Resucita un remordimiento
Cada latido
Suelta una pena
Y de repente,
Me siento como Gulliver
Atado por los Liliputienses
Cierro los ojos
Y en la oscuridad,
Me miro tal y como soy
Con todas mis inseguridades,
Caídas… imperfecciones
Recuerdo lo que con gran pasión
Una vez defendía y valoraba
Me doy cuenta
En la claridad de mi desnudes,
Sobre el caos de los latidos del cañón
Nacidos del altavoz en el salón,
Que la paz que siempre procuraba
La claridad que siempre yo deseaba
Estaba siempre dentro de mí
Y sobre el piso frio,
Con cada cañonazo
Cada latido de my corazón
Me siento… libre
© José V. Guerra Awe
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